La Locanda era una antigua casa del siglo XIX ahora completamente renovada con acogedoras habitaciones de estilo veneciano del siglo XVIII, todas equipadas con aire acondicionado (de junio a septiembre), teléfono, caja fuerte y baños ultramodernos con ducha, inodoro y secador de pelo. Las vigas a la vista de los techos y el mobiliario, creados por las hábiles manos de los artesanos venecianos, hacen de cada pieza una pequeña obra de arte. Las ventanas luminosas dan a la Barbaria delle Tole y la Calle dell'Ospedaletto, frente a la Iglesia de los Derelitti, cuya fachada, rica en mármol y esculturas, fue construida con un diseño de Baldassare Longhena. Particularmente característica y sugerente es la cómoda habitación encaramada en la azotea de la posada, que ofrece una vista única sobre los tejados, las azoteas, los campanarios y las calles de la ciudad. El desayuno (croissants recién horneados, panecillos, mantequilla, mermelada, jugo de frutas, té, café o chocolate caliente) se sirve convenientemente en la habitación a la hora solicitada por el huésped.